26.11.08

Caza furtiva



Aguaiten:
La poesía se deja ver cuando gusta
y uno la alcanza si le alcanza el salto. Entonces
cada uno cante lo suyo
en la rama que se le cante. Intente
lo mucho a nombrar y escaso,
lo necesario y difícil. Escarben
debajo de las cáscaras busquen
la palabra única.

Búsquenla, mejor dicho espérenla;
y aunque cierto es vano decir a otro cómo
hay que caminar,
les digo aquí un modo de cazar gorjeos
de pájaros emisarios, pero es obvio
que si no naciste con dedos de guitarrero
te es mejor tocar otros asuntos.

Tan cierto como reir o llorar
puesto si vos te estrujás el cerebelo
sale merdosidad,
esos palos de ciego que castigan de alivio
a oídos inocentes.

Me pasa
golpear tambores, meterme en berenjenales
y participar en festivales de chicharras.
Todos nos arrepentimos, si acaso,
pero lo escrito queda escrito.

Es que aguaiten pues todo es acechar
hasta que una evidencia salga de su cueva
y recién dar el salto, cazarla,
compartirla con los análogos
nuestros que viven en las cornisas gatos
hambrientos de infinito.

Y alegría festejos alegría
porque el cazador de palabras
vive para no matarlas.

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