
Ayer cuando venía de no sé dónde
se me cruza mujer como otras veces y dice
salite
de andar entre los buscadores de no encontrar.
Fue triste que hermosa mujer esa me diera
tal consejo de madre, porque aunque es verdá
no puedo bedecerla pues me pasé la vida
en intentar lo desconocido y ahora
¿qué hago con la costumbre de no encontrar?
Di la espalda, cabeza
bajé y la bella consejera otra vez
se sintió defraudada.
¿Pero es que qué culpa tengo yo si
al revés de lo que opina tanta gente
me complace buscar lo que no encuentro?
de Endeveras
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